Guía Práctica sobre dispositivos de
Energías Libres
Silenciados durante décadas, las dificultades energéticas
que sufre el planeta en el siglo XXI está reavivando el interés, entre la
propia comunidad científica, por los científicos heterodoxos. La existencia del
éter y de la energía “punto cero”, antigravitatoria o el orgón sitúa el debate
científico actual a un paso del espiritual. Aunque en las diferentes
tradiciones espirituales siempre se ha creído en la existencia de esta energía
ilimitada, Nikola Tesla fue el primer científico moderno que formuló una teoría
sobre ella; a finales del siglo XIX la llamó “energía cósmica”. Y no se quedó
ahí; incluso la llevó a la práctica. En 1931, el convertidor de energía de
Nicola Tesla puso en funcionamiento un lujoso coche, marca Arrow, llevándolo
hasta alcanzar los 128 km/hora. Con matices muy sutiles, la energía cósmica de
Tesla ha sido rebautizada posteriormente como “energía taquiónica”.
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